Que no hay príncipe azul, que no solamente hay una persona para ti, sino un sin fin de posibilidades para elegir y allí aprender a tolerar y lidiar con ello. ¡No manches! he leído tanto, tantas conjeturas que personas heridas han formulado en cómo una relación funciona o debe funcionar. Tantos escritos, blogs y status de Facebook.
Me encantaría conocer a los autores de dichos dilemas y ver sus vidas de cerca. Preguntarles en su momento más honesto si realmente es lo que piensan o esa manera de pensar viene de alguna desilusión, de haber asumido ofensas y crear una idea.
Cada quien tiene sus opiniones. Y en el limbo de la espera. En ese momento donde duele estar solo y no hay consejo que alivie ese pesar, durante ese aturdidor sonido del silencio, es que preguntas, ¿será verdad?. Comienzas a evaluar opiniones de amantes heridos, de aquellos que decidieron abrir completamente el corazón y no salieron vivos.
¿A dónde vas? ¿allí? ¿a intentarlo de nuevo? ¿a sufrir historias entrecortadas por las mismas frases no pronunciadas? el mismo café, la ilusión de un te quiero que no se dice, que se oculta en las mismas preguntas, el mismo suspenso, la llamada nunca enviada, el mensaje de texto. ¿Quiénes sobrevivieron, si acaso lo hicieron?
Cambia tus versos, tus conjeturas, tus dilemas por medio de la renovación de tu entendimiento. Deja… por amor propio, por amor de generaciones implorando historias de redención, por un mundo que sufre respuestas acidas, miradas juiciosas y no cálidas escribir amor en tus labios de nuevo. Permítete sentir. No como un amante pasajero. Sino un caminante con intención. De llegar al lugar que sabe le esperan. A su habitación.
Escribe poemas en tiempos de hambre, de soledad, de consejos de sangre. Eleva tu oración, cuando no haya abrazos, llamadas, ni sol. Da gracias, de corazón. Vuelve a circular por esas calles que evocaban en ti romance. Que Dios nos regala arcoíris, montañas llenas de nubes, el canto de aves, mirada de niños felices.
Olvida lo obvio. Cree en milagros. Camina viendo al Dios de pactos. Que puso en ti ese sentir de compartir tu vida enamorado. Porque eres un cuadro, una pintura bella en que el Gran Pintor desea agregar más color. Un capitulo con un mejor final que el que en conversaciones de almas rotas sueles escuchar.
En tu soledad… no te canses de esperar. Para ti hay un mejor final.
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