Leía una perspectiva muy interesante acerca de la línea de tiempo y proceso que toma un proyecto creativo en un libro súper práctico, ‘Roba como un artista’, por parte de un genio en esta área, Aston Kleon (2012), menciona lo que sucede en nuestra mente y las etapas por las que pasamos antes de lograr nuestro sueño:
- Esta es la mejor idea que jamás alguien haya tenido.
- Bueno, parece ser más difícil de lo que pensé.
- Esto me va a tomar mucha dedicación.
- Apesta y se esta volviendo aburrido.
- Sin ideas (La oscuridad del alma)
- Creo que será mejor terminar con esto, quizás hasta aprendo algo para el siguiente proyecto.
- Terminé, apesta, pero no salió tan mal como esperaba.
Kleon lo explica de una manera graciosa, pero muy parecido a la realidad, pues al enfrentar nuestra idea, cada día nos damos cuenta que aunque nos emociona, esto tomará tiempo, dedicación y no será tan fácil como lo imaginamos al principio, es ahí que se prueba lo autentico de una visión, donde ésta madura y tu carácter es pulido. Se analiza cuánto será lo que estarás dispuesto a invertir y qué tanto podrás sacrificar para ver tu idea realizada. El cambio no se logra por parte de gente con opiniones inteligentes, sino de parte de aquellos dispuestos a ensuciarse las manos, desvelarse y asegurarse que su visión mantenga su esencia hasta el final.
No siempre quienes poseen los mejores curriculum vitae o la mejor escolaridad son quienes veras al frente de grandes organizaciones o de movimientos de gran vanguardia, sino aquellos que decidieron extender sus alas, arriesgándose desde las alturas que para otros resultaron escalofriantes, probándose a si mismos, con el coraje y las agallas para alcanzar algo relevante.
Se escribe fácil, se lee aún más, sin embargo toma diligencia y empeño, creer en esto a pesar de lo que vemos en otros quienes también intentaron algo en el pasado y claudicaron. Es como el dilema en que se encuentran los adolescentes después de terminar su preparatoria donde tienen que elegir la carrera que estudiarán en la Universidad y la que “definirá” gran parte de su vida. A pesar de las diferentes materias que las escuelas incluyen para orientarlos a decidir correctamente, a menudo no saben cuál profesión escoger. Al ir creciendo se han acostumbrado a ver la pesadumbre de tantos por lo que ahora hacen, el trabajo que tienen dada la carrera que escogieron, los ven enfrentar cada lunes como un martirio, así como el tiempo de familia y diversión que llegan a perder por la cantidad de tiempo que su labor consume, por lo que de ninguna manera quieren encontrarse ante una decisión de tal magnitud. “¿Escoger lo que será mi vida los siguientes años? “!Olvídalo!”
Existe algo dentro de todo ser humano que desea lograr algo significativo, que repercuta más allá de sus años de vida, es por esto que para muchos es tan difícil decidir cualquier cosa que tenga que ver con los siguientes años de su vida. ¿Será posible que haya otra alternativa? ¿Algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, donde cada uno pueda estar involucrado en algo emocionante que a la vez provea económicamente para ellos y su familia? ¿Alguna causa que a la vez contribuya para el bien de los demás? Lo hay.
Habita en tu corazón, y en cada conversación que te emociona puedes divisarlo. Se llama propósito, algunos le dicen llamado. Este es mayor que el mero talento y no se basa en los títulos que una Universidad pueda darte. Pues naciste con eso.
Sin embargo optar por descubrirlo requiere un carácter sólido que sostenga firmemente la visión y talento de quien lo desee, se necesitan estándares de vida más grandes que las del resto, valor y coraje para saltar de la montaña que a tantos ha intimidado antes.
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