Hace exactamente un año escribía acerca de lo que aprendí en mi primer año de casado. Hoy se cumple el segundo aniversario al lado de mi preciosa compañera. Aún no puedo creer estar viviendo aquellas cosas que platique con ella antes de casarnos, parecían fantasía. Soñar viajar alrededor del mundo juntos, siendo luz a otros por medio del amor que Dios ha puesto dentro. Ahora se ha ido cumpliendo.
Escribo estas líneas desde la sala de nuestro apartamento. Al sur de Taiwan. A lado de la mujer que prometí por siempre amar. Sonrió cada mañana porque aún no puedo creer donde me encuentro. La fidelidad de Dios y su tiempo perfecto.
Recuento aquellas cosas que he aprendido durante este segundo año. Tantas características bellas de ella que sigo descubriendo, tantas frases en nuestras conversaciones que sigo atesorando. Esas cosas que hemos prometido guardar desde el principio y que han sido clave en momentos inciertos, para trabajar como equipo, para juntos ir de rodillas y reconocer quien nos lleva de la mano.
Ha sido la capacidad que Dios nos ha dado para amarnos. La compasión que Él ha puesto en nuestro corazón para acostumbrar pedir perdón cuando estamos equivocados y perdonar al otro cuando ha errado.
Es por eso que, si pudiera nombrar algunas cosas que he aprendido, aquello en lo que he madurado en este segundo año, me gustaría compartir contigo lo siguiente:
1. Pide perdón de inmediato. No justifiques, no esperes a que la otra persona comprenda los hechos. La humildad sincera es más fuerte que el argumento más valido. Olvida tu razón. Ve su corazón que justificada o injustificadamente se siente lastimado. Deja tu orgullo del lado, sin traer a la conversación la lista de cosas que haz hecho bien en el pasado; honestamente reconoce que el tono no fue el indicado, tu prioridad fue algo más que ella. Que te duele haber dañado.
2. Ella es primero. Es mi compañera. A quien jure amar de por vida no importando las circunstancia. Que el mundo entero colapse, pero que mi enfoque continuo sea cuidar su alma. Ella y su manera de ver las cosas debe importar más que un millón de dólares.
3. La mejor solución siempre es detenerte y escuchar atentamente. Mi naturaleza de hombre quiere resolver, curar, solucionar, componer. Para una mujer lo más relevante siempre será qué tanto te detuviste a entender. Escucha. Pregunta. Repítele para comprender mejor. Muestra empatía.
4. Amar es rectificar. Las mujeres cargan la esencia de nuestro Creador. Que ama intensamente, pero desea ver que nuestro amor esta listo para demostrarlo con nuestras acciones. Hombría es tener el coraje para detenerse y rectificar.
5. Mi naturaleza quiere ser servida, amor es servir. Morir a uno mismo para darse al otro es la muestra más sublime de lo que es amor. En una cruz Jesús lo demostró. Cuando mi cabeza escuche mil ideas que busquen comodidad y ser atendido, lo opuesto a eso será siempre la elección correcta.
6. Toma decisiones que dejen un legado. Llegaran días donde tendré que contarle a mis hijos por qué hice lo que hice, cuáles fueron mis motivaciones. Sé sabio en acumular historias de propósito, renunciando a pequeñas ambiciones. Hacer más dinero nunca será más importante que conferir un nombre y un ejemplo a tu siguiente generación.
7. Observa aquellos que se han dado por vencidos y aprende. Escribe en el corazón de aquellos que siguen amando valientemente e imita. Hay muchos soldados que prometieron tanto en el altar y yacen moribundos en el camino. No critiques, medita. Considera tu firmeza y convicciones.
8. Recuerda que ella es tu ayuda idónea. La que Dios usará para pulir algunas áreas que siguen rasposas. Escucha su consejo. Su sentir ante la situación. Aún no has terminado de aprender. El Señor puso a una mujer que te ama a tu lado para seguir perfeccionándote, moldeándote.
9. Promueve y permite amistades claves. No somos, ni debemos ser una isla. Hay compañías tóxicas, pero también hay amigas de por vida.
10. Frecuentemente los detalles más románticos no serán rosas, una cena o regalarle algo. Sino preguntarle ¿cómo puedo aligerar tu carga? y hacerlo de la mejor manera posible.
Aún sigo aprendiendo, de ella y lo que significa ser un hombre de valor. Al mirar a otro lado veo constantemente hombres que han rechazado su fortaleza y se han distraído de su rol. Veo a muchas esposas siendo madres de sus maridos. Por eso, mis opiniones no importan tanto, lo que importa es qué tanto las llevo a cabo. Cuánto estoy dispuesto a dejar de lado para ser el hombre que mi preciosa compañera necesita. Cómo ser relevante en un mundo descorazonado.
¡Feliz segundo aniversario Muñeca! El tiempo se disfruta tanto contigo a mi lado.
Fotos por Jeff Marsh
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