SONREÍR CUANDO LAS COSAS NO SALEN COMO ESPERABAS TIENE SU CIENCIA, PERO MANTENERTE CONTENTO CUANDO UNA TRAS OTRA SALE MAL ES TODO UN ARTE.
Continuamente escucho las palabras “todo pasa por algo”, tanto que ya es cansado oírlas. No lo tomes a mal, pero no es una respuesta con argumentos, es un comentario que te deja igual. Eso no anima a nadie.
En mi adolescencia me topé con la misma frase, aunque con un argumento más sólido. La encontré en la Biblia, decía que si, todo pasaba por algo… y se me decía qué era ese algo. La gente me ha repetido últimamente las dos frases, la que lleva argumento y la que me deja en el aire, pues recientemente no han salido las cosas como había planeado. De hecho, nada ha salido de acuerdo al plan. Es como si mal tras mal llegará y estoy tratando de ver que pieza del ‘jenga’ moví mal para entender por qué cayeron todas al mismo tiempo.
¿Te has sentido así? Estas arreglando algo y se descompone otra cosa, algo más falla, una y otra más. Así son algunos días.
Si eres como yo, lo primero que sucede es tratar de mostrar una buena cara, confiar en Dios y decirte a ti mismo y a los demás que “Todo estará bien”. Pero al ver que lo siguiente también sale mal, te preguntas: ¿Qué esta pasando? ¿Qué estoy haciendo mal?
Quizás nada.
Quizás esta ola de sucesos no planeados no están sucediendo para que seas más precavido la siguiente vez, a lo mejor no es porque hiciste algo equivocado y esta sería una oportunidad para hacer una introspectiva, sino que probablemente todo esto sucede sencillamente para afinar aquello que abrirá mejores puertas en un futuro, tu carácter.
Quién eres tú en los momentos inciertos y cómo respondes cuando todo esta en tu contra muestra cuál es tu verdadero carácter. Al final de cuentas, qué es aquello que aún no has confrontado para cambiar.
El carácter no puede desarrollarse en un medio fácil y tranquilo. Es sólo a través de experimentar la prueba y el sufrimiento que el alma puede ser fortalecida, inspirada a ambicionar más y alcanzar el éxito.
-Helen Keller
El argumento bíblico dice:
“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito.Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que sean hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”
Pablo el apóstol en su carta a los Romanos en 8:28-29 (RVC)
Diciéndolo de otra manera, necesitamos un carácter como el de Jesús. Seas o no creyente sé que has oído escuchar de este carpintero que entregó todo en una cruz. Decía que aprendiéramos de Él, que era manso y humilde, para así tener verdadero descanso.
Mansedumbre es la habilidad de controlar nuestro temperamento y humildad es la sencillez de reconocer nuestra condición, que somos deudores de todo aquello que hemos aprendido.
Así que frecuentemente me gusta recordarme esto, que lo que sucede no siempre viene como consecuencia de mis equivocaciones sino como una oportunidad para fortalecer mi carácter, quién en verdad soy, y la manera que respondo ante las circunstancias.
La vida es muy cambiante, la gente aún más, por lo tanto necesitamos urgentemente personas sólidas en un mundo tan incierto. Hombres y mujeres que al enfrentar la adversidad salieron refinadas, triunfantes. Para ser anclas para otros. Personas como Jesús, mansos y humildes de corazón. Con una paz que contagia. Con un corazón humilde, listos para escuchar.
2 Comments
laura lara
February 8, 2014 at 4:54 AMJusto en el momento que lo necesite lei estas palabras,gracias a Dios por tu vida.
Luzmarihel Hernandez
February 19, 2014 at 8:56 PMMe gustó muchísimo, durante estos días me pasó que constantemente estaba haciéndome esa pregunta “por que me pasa esto?”, gracias a Dios por poner estas palabras en ti.