sobre las cuales un par de ojos brilla, se deslumbra y observas magia;
Dos corazones que se descubren, una belleza interna develada,
donde el más simple adjetivo llena, donde late ilusión y da luz la esperanza;
Dos mundos que se encuentran, dos almas que al verse se acaban,
dos sinfonías, una armonía, un susurro, una canción con suspiros entonada;
Dos manos que al sentirse cerca estallan, dos labios que al hablarse tanto reducir quieren su distancia, dos esencias que se vuelven una sola entre las desatinadas palabras;
Dos senderos que recorrerse quieren con pisadas delicadas, dos sonetos, un poema,
una mirada; una cortés despedida, una desesperación del alma.
Dos vidas, dos mentes que al imaginarse se ensanchan; dos ideas con una sola añoranza, dos tus ojos, una tu boca, una mi desesperada mirada, dos mis manos que titubean por encontrar en las tuyas morada. Dos mis oídos que quieren siempre escuchar tus suaves palabras, dos mis pies que caminar contigo quieren andanzas.
Dos nosotros, dos los sueños, dos sumados a uno son tres, Dios en nosotros, quien conoce nuestro anhelo, nuestros suspiros en silencio y el tiempo donde nos habremos de querer.
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