Unos meses antes de la boda una fotógrafa amiga de mi esposa ocupaba unas fotos para su portafolio de novias. Le pidió a Cristina que fuera su modelo, la llevo a una estética muy reconocida en Chicago quienes patrocinaron maquillaje y peinado y a cambio tendrían copias de estos retratos de novia para mostrar en su establecimiento.
Mi Güera ya tenia el vestido, pero habíamos decidido que esperaríamos hasta el pasillo de la iglesia para verla de blanco, así que esta sesión de fotos tuvo que mantenerse en secreto con la promesa de no publicar los retratos sino hasta después de la boda.
El horario de nuestra ceremonia, las fotos con la familia y comité de los dos, la recepción, todo lo movimos para poder mantener esta parte especial. Verla de blanco hasta ese día en el altar por primera vez.
Muchas personas no entendían por qué tanto trabajo por eso. Ahora muchas parejas tienen las fotos primero, otras se ven temprano, al recogerla en el auto en casa y hasta en algunas ocasiones el novio va con ella a escoger el vestido de bodas. Cada quién lo hace diferente, pero ese no era el punto.
Nosotros deseábamos mantener eso único de una ceremonia de bodas, ir de negro y blanco, escribir nuestros propios votos matrimoniales (los que estuvimos preparando varios meses antes), escoger con cuidado las personas claves que irían en nuestro comité, y lo más importante sería verla por primera vez de blanco ante todos esos testigos en esa iglesia.
Fueron 10 años los que tuve que esperar por ella, no fue fácil, así que anhelábamos que este momento fuera inolvidable. Y así lo fue, cada vez que veo las fotografías de la boda y aquellos que fueron parte de ella me vuelvo a dar cuenta de ese gran milagro, el tenerla conmigo cada mañana como mi ayuda idónea.
Escribo esto porque veía esta semana fotos de aquella sesión y al mismo tiempo veo a parejas que van perdiendo no sólo bellas costumbres, sino fundamentos únicos en una relación de pareja. Esos detalles que para otros parecerán no ser tan importantes, pero para tu matrimonio serán vitales.
Es por esto que estoy convencido de lo importante que es el tiempo previo a la boda, antes de decir si a un noviazgo, en el proceso de la relación, después de dar el anillo de compromiso y preparar la boda. Todas esas decisiones que se establecen y donde te anclas con tu pareja firmemente, donde platicas acerca de un futuro juntos y de las decisiones que tendrán que tomar, detalles que si no se toman en cuenta irán fracturando poco a poco la relación y después de unos meses juntos harán caer toda la relación. Y habrá sido una gran boda y un terrible matrimonio.
Toma tiempo decidiendo qué cosas serán importantes en tu relación de pareja, y qué cosas no comprometerás. Una vida juntos puede ser algo emocionante o algo miserable. Tu decides.
PS: Te recomiendo los libros que nosotros estuvimos leyendo y platicando meses antes de nuestra boda. Estos fueron tan claves para la vida emocionante que ahora vivimos juntos, espero te sean útiles:
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