Cargamos una serie de expectativas al comenzar cada relación. Nada de malo en eso. Al contrario, eres alguien que ambiciona amor del bueno.
Aún al conocer nuevas amistades siempre llevaremos algunas expectativas, quizás más ligeras que en una relación sentimental, pero así es como fuimos hechos. Deseamos despertar el interés de otros, ser reconocidos. Develar ante ellos lo que nos hace únicos y sentir que al menos para ellos somos irremplazables.
La tensión es parte de cualquier relación. Sin embargo, en el trayecto se debe encontrar la tensión ideal que ayudará a mantener la relación volando, subiendo más alto en una gran aventura, como un papalote que si se suelta de las manos de quien lo lleva, no importa que tan alto este, caerá al suelo drásticamente. Es la tensión lo que lo eleva.
Esta tensión saludable se encuentra y regula al ir cediendo por amor al otro. No 50 y 50. A menudo 100 a 0. Pues habrá momentos donde nos encontraremos emocionalmente incapaces y solo amor al 100 podrá llevarnos con ternura a levantarnos de nuevo.
“He aprendido a relajarme, pues él no es Superman, y yo no soy la Mujer Maravilla”. Dijera una famoso autora al hablar de su esposo.
[click_to_tweet tweet=”Una relación saludable es donde sus involucrados son consientes de las debilidades y carencias de la otra persona, y aún así, aman sin reservas.” quote=”Una relación saludable es donde sus involucrados son consientes de las debilidades y carencias de la otra persona, y aún así, aman sin reservas.” theme=”style3″]
Ella no es quien te completará. Él no será quien llené tu vacío. Nos complementamos, somos fuertes juntos, pero solo Dios puede completarnos, llenarnos realmente. Bajemos de nuestro pedestal a la otra persona, quitemos esa carga de expectativas sobre de ellos. Esa tensión nos llevará al suelo.
Relájate, cede en amor, disfruta el viaje.
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