Menu
relaciones

El Constante ¿Por qué?

Hay un problema al divagar en los pensamientos, al formular tantas preguntas tan complicadas con respuestas tan sencillas. Encontrar la salida en medio del bosque al estar perdido no tiene porque ser tan difícil, a menos que en la ecuación de los pensamientos se conjugue el miedo a quedarse allí, la inseguridad de pensar que no tienes lo que se necesita para salir rápido de esa situación, la ansiedad de nunca haber pasado por algo similar y en la dificultad que uno encuentra cuando no es flexible.

Trato de explicar una situación común, un bosque, estar perdido buscando respuestas y lo que uno enfrenta por dentro. Aunque en Latinoamérica vivamos más en ciudades, sin tanto bosque y la peor dificultad al estar perdido es no tener un Smartphone con GPS y conexión.

Manténte conmigo en esto, observa a tu alrededor, tantos que se han perdido en preguntas con respuestas tan simples y no han regresado. Gente que vuelve a preguntarse de nuevo las mismas cosas aún cuando ya haya salido de la situación. Tenemos cierta manía con buscar comprender todo, darle vueltas al asunto una y otra vez hasta sentirnos satisfechos con la conclusión.

Recuerdo de más joven haber ayudado a mi madre después de su operación de retina, uno de sus ojos iba cubierto y la pupila del otro dilatada, sin poder ver bien. Tenía que depender de mi al caminar, al ir al carro y bajar. Fue un todo un reto para mi. El buscar convencerla a cada paso, el conseguir que confiará en mi a pesar de no ver nada, seguirme el ritmo confiando que no permitiría que cayera, etc.

Para los que la conocen entenderán bien que ella ha sido una mujer muy independiente toda su vida, terminó su carrera a muy temprana edad, consiguió comprar su casa, sacar adelante a su hijo y enfrentar la vida sola. Así que no poder ver qué había frente a ella en su camino era un gran reto. De confianza, de fe.

Y aunque una de sus grandes virtudes es su fe inquebrantable en Dios, ahora enfrentaba algo completamente nuevo, el no poder depender de su vista para hacer algo tan sencillo como caminar sola. Fue un proceso en el que tenía que fiarse de quien la llevaba.

Similar a aquellos retos que enfrentamos solos, frente a esas complejidades de la vida que frecuentemente no tienen respuesta inmediata. Donde hay riesgos y temores propios que aveces no percibimos, pero están allí. Donde muchas veces logramos salir vivos, pero nuestra mente se queda meditando en lo sucedido, en el pasado, tanto que peleamos para soltarlo cuando no lo entendemos.

Piensa en aquellos amigos a los que una relación los dejó marcados por su rompimiento sin sentido, aquellos anillos devueltos, esas tragedias que llegan al recibir una llamada de teléfono inesperada, esos personajes tan notorios en los empleos que logran ganarle a los demás con mentiras y engaños, esas injusticias que no debieron haber sucedido y pasaron, etc.

Buscamos saber por qué, por nuestro bienestar emocional, para poder dejarlo ir y no pensar más. Pero la vida no es una serie de pasos que al llevarlos a cabo correctamente obtendrás el éxito, no hay un punto optimo total, por más que la gente luche por éste. La Biblia misma menciona que “aun en la risa, el corazón puede tener dolor, y el final de la alegría puede ser tristeza”. El hacer bien las cosas para que te vaya bien no siempre aplica. Muchas veces no ira bien. Será difícil. Vivimos en un mundo caído.

Puedes pelear con todo lo que tengas, pero no se resolverá mucho, y si se resuelve por dentro esa ansiedad seguirá ligada al suceso. Se convertirá en amargura, en pena, en quebranto pues nunca comprendiste la razón.

Necesitamos la fe.

Soltarnos completamente al vacío confiando previamente en quien nos cachara. Hundirnos en el mar de la incertidumbre y dejar de forcejear, para que allí el salvavidas de nuestra alma pueda realmente intervenir, tomarnos hacía la orilla y liberarnos del inmenso mar.

Es aterrador dejarse ir… mucho más cuando estas acostumbrado a vivir tan independientemente, a luchar por ti mismo con uñas y dientes. Pero solamente con el clamor viene respuesta, solamente al ir vulnerable delante de Dios se encuentra salida, al mostrar todos los moretones y las heridas, todas esas veces que se intentó, pero nada se pudo. Y allí en humildad orar a ese Dios tan grande que espera nuestra decisión. De cerrar nuestros ojos físicos y caminar dependiendo de El, entregando el corazón mismo. Honestamente rendirnos. Para con los ojos espirituales ver lo que jamás hemos visto. A un Dios vivo, que ha esperado una vida para que veamos su mano que busca continuamente asistirnos.

About Author

Autor del libro y host del Podcast “Más que Saliva". Por 15 años Gerardo ha dedicado su vida a introducir adolescentes a Jesús y ayudarlos a crecer en su fe en México, Rumania, Taiwán y ahora en Puerto Rico sirviendo con la organización global 'Young Life'. Gerardo esta casado con Cristina, y tienen tres hijos, Sawyer, Madison y Elliot de 9 meses. Mexicano de nacimiento, misionero de corazón, siempre buscando lugares de buenos tacos!

2 Comments

  • Hzuri
    October 27, 2014 at 6:01 AM

    Hola Gerry,

    Como siempre, me encanta la manera en la que Dios te usa para redactar y mantenernos hasta la última palabra de tu escrito. (:

    Quería comentarte algo, y no sé que pienses.
    Cuando leí: ” liberarnos del inmenso mar” recordé la historia de Pablo cuando camina sobre el mar. Y creo que más que liberarnos del mar, el quiere que caminemos sobre el (mar = circunstancias no tan favorables pero que tienen un propósito eterno), porque al momento de ver las circunstancias podemos hundirnos como Pablo, pero si mantenemos nuestros ojos puestos en Jesús el autor y consumador de la fe caminaremos sobre ellas 😀

    A lo mejor fue lo que quisiste decir, pero no lo entendí haha 😛

    Reply
    • @geraguerra
      October 27, 2014 at 1:01 PM

      Excelente tu manera de verlo, es correcto, ver a Jesús siempre. En esta analogía ponía de ejemplo a un salvavidas, que necesita que la persona que se ahoga en el mar deje de forcejear para poder ir a salvarlo, pues si no, los dos se hundirán. De allí partía, aveces uso demasiadas metaforas, ejeje. Gracias por tu comentario Hzuri!

      Reply

Leave a Reply