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Nuestra siguiente misión: ¡Puerto Rico!

Estos dos años años anteriores nos aventuramos a viajar a un país del que no sabíamos mucho, o nada. Al terminar el primer año al cual nos habíamos comprometido, terminamos amando tanto a Taiwán y su gente que regresamos por segundo año.

Hicimos grandes amigos, en las canchas de basquetbol jugando con varios equipos en ligas amateur y las cascarita de todos los días, al Cristina caminar por las mañanas en la pequeña ciudad donde vivimos al sur de la isla y conocer tanta gente probando desayunos muy peculiares de este país junto a ellos, al responder las preguntas frecuentes de los Taiwaneses que nos veían extranjeros, diferentes a ellos, y asombrados se sorprendían de nuestro deseo de invertir nuestra vida como familia en su preciosa isla, no decidiendo vivir en la capital, Taipei, sino al sur donde difícilmente alguien encontraría un extranjero.

Los Taiwaneses así como muchos culturas en Asia dan gran importancia a la educación. Ellos pasan largas horas en planteles escolares, después en clases particulares. La mayoría de las ocasiones terminando en casa para la hora de la cena. Es por eso que la misión en Taiwán era ir a servir ahí donde ellos pasan la mayor parte del tiempo, enseñando Inglés a niños, adolescentes y jóvenes como segundo idioma. A través de este voluntariado responder con acciones su constante pregunta “¿por qué vinieron hasta aquí?” sirviéndoles, dando, pasando largas horas con ellos, compartiéndoles de Dios en la manera que desinteresadamente nos entregábamos.

“Predica el evangelio en todo tiempo, y cuando sea necesario, utiliza las palabras.” —Francisco de Asís

Un nuevo miembro en nuestro equipo.

En nuestro primer año en Taiwán Dios agregó un miembro clave a nuestro equipo, nuestro hijito Sawyer, de ahora ya 11 meses. Ha sido increíble vivir esta aventura de fe con él a nuestro lado. Cristina mi esposa creció de esta manera, viajando de un país a otro con su familia para compartir del amor de Cristo.

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Sawyer tenía apenas dos meses cuando regresamos por segundo año a Taiwán. Muchas personas se sorprendieron preguntando acerca de doctores, del viaje de 17 horas con un bebe tan pequeño, de las condiciones en que viviríamos y mucho más. Respondimos que cuando Dios llama, Él provee. Todo. Respuestas, cuidado, protección. Y así fue. Muchísimos Taiwaneses que jamás se acercarían a nosotros por temor a no hablar el mismo idioma, ahora se acercaban para conocer al bebe extranjero. Decían “Extranjeros son pocos, pero si hemos visto, pero jamás un niño extranjero por estos rumbos”. ¡Fue increíble!

Y después de dos años en Taiwán, ¿ahora qué?

Antes de casarnos, al hablar de anhelos y planes, compartí con Cristina mi deseo de  ir a servir a Dios a otras partes del mundo como familia. Años atrás tuve la oportunidad de ir a Rumania y servir en aquel país por 3 meses. Mi experiencia fue fascinante y siempre tuve el deseo de volver hacer algo así. Y aunque viaje a EU con grupos de niños de algunas casas hogares en México y estaba sirviendo activamente en mi Iglesia local en Monterrey, no había tenido la oportunidad de viajar de nuevo a otro país de esta manera.

“Si tú no estas siendo de impacto donde ahora te encuentras, es improbable que Dios quiera llevarte a algún otro lugar a ser de impacto allá.” —Luke McDonald

Nuestro primer año y medio de casados vivimos en México, no se veían indicios, ni oportunidades de ir a otra parte del mundo… hasta que una mañana sufrí un accidente automovilístico. Gracias a Dios no me paso nada, aunque perdí el auto y fueron meses muy difíciles con las distancias tan largas, meses en los que nos sentimos probados y entrenados para lo que llegaría después. En una llamada el antiguo jefe de Cristina nos decía la necesidad que había en el ministerio cristiano para el que trabajaba de tener una pareja sirviendo en Pingtung, al sur de Taiwán. Ahí comenzó esta aventura de fe.

Casi al final de terminar el segundo año en Taiwán, oramos por dirección e inmediatamente recibimos un mensaje de Facebook de una de las mejores amigas de Cristina. Nos hablaba de un ministerio llamado Young Life y su deseo de abrir una nueva área en Puerto Rico. Micah y Holly, son amigos muy preciados, quienes con sus tres hijitos llevan viviendo en Humacao, Puerto Rico, por ya dos años.

¿Young Life? ¿Puerto Rico?

Young Life es un ministerio que se encuentra en más de 90 países alrededor del mundo sirviendo por casi 70 años. Más que un programa es un ministerio de personas preocupadas por jóvenes y adolescentes, para ir a donde ellos están, construyendo amistades genuinas con el propósito de darles a conocer de Cristo, sin importar cual sea su respuesta, amándolos y creyendo en la persona que Dios los diseño ser. Invirtiendo horas para apoyarlos, escuchar sus historias y aprender lo que es importante para ellos. Compartir sus triunfos y alegrías, sus angustias y fracasos. Mostrándoles el amor de Dios día tras día.

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Esta increíble organización ha sido llamada a comenzar una obra en una nueva área en Puerto Rico y necesitaban un líder quien pudiera comenzarla, y así fue que Dios nos ha permitido responder a este llamado. ¡Durante este mes de agosto estaremos empacando para irnos a vivir allá y comenzar esta misión! ¡Ministrar a jóvenes y adolescentes nos apasiona! Eso fue lo que nos motivo a responder y de todo corazón dijimos ¡Si!

Al llegar estamos anticipando conectarnos, compartir y discipular a cerca de 250 adolescentes en Palmas del Mar e involucrarnos con Vida Joven en el área de Humacao para eventualmente poder alcanzar a cientos de jóvenes para Cristo. Nuestro plazo inicial para vivir y servir en Puerto Rico es de 3 años.

Apóyanos en Oración.

Si tú eres de los que aman orar por misioneros, inclúyenos en tus oraciones. Hay una lucha espiritual que se libra cuando le arrebatas al enemigo las almas que él deseaba destruir.

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”. —Romanos 10:14-15

Gracias de antemano por tus oraciones y tu tiempo al leer e interesarte por esta nueva aventura de fe a la que Dios nos ha llamado como familia. Te invitamos a regresar a nuestro sitio para actualizaciones acerca de esta obra en Puerto Rico.

Power!

Gerardo, Cristina y Sawyer Guerra

About Author

Autor del libro y host del Podcast “Más que Saliva". Por 15 años Gerardo ha dedicado su vida a introducir adolescentes a Jesús y ayudarlos a crecer en su fe en México, Rumania, Taiwán y ahora en Puerto Rico sirviendo con la organización global 'Young Life'. Gerardo esta casado con Cristina, y tienen tres hijos, Sawyer, Madison y Elliot de 9 meses. Mexicano de nacimiento, misionero de corazón, siempre buscando lugares de buenos tacos!

1 Comment

  • Mary Silva
    August 25, 2016 at 3:27 AM

    Wow !! qué bonita historia está Dios escribiendo en sus vidas!! Me alegra leer lo que Dios ha hecho, está haciendo y hará a través de sus vidas..
    Cuenta con mi apoyo en oración y que sea cumplido el propósito en Puerto Rico, que muchos conozcan y entreguen su vida a Cristo.
    Dios les bendiga y les guarde a donde quiera que vayan!!
    Saludos desde Mexicali !!
    Mary Silva ( Myo Silva)

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